miércoles, 16 de noviembre de 2011

Pesca de lucio

Pesca del lucio con señuelos: los primeros pasos

Claves para pescar mi primer lucio
Nuestro objetivo

Texto y fotos: Juan Urrutia
Jerbaits, minnows, Medium, Heavy… Términos que son comunes entre pescadores de lucios y causa de que quien empieza piense que esta pesca requiere un buen nivel de inglés para poder practicarla. Nos olvidamos con demasiada frecuencia de aquel que desea con todas sus fuerzas y gran ilusión pescar su primer lucio. El siguiente artículo está dedicado a todo pescador que pretenda dar sus primeros pasos en esta emocionante técnica.
El equipo
Para empezar no es necesario un gran desembolso pero si probada robustez en los materiales
Si acudimos a un comercio del ramo nos volveremos locos con tanta variedad de cañas. Para colmo algunas llevan el peso de lance en onzas y la longitud en pies, una locura. Diremos que, con una vara de dos metros diez de longitud, 15-40 gramos de peso de lance y, sobre todo, que sea bastante rígida, nos bastará para empezar. El carrete no debe suponer un gran gasto, estamos empezando, pero si convendría que fuera de marcas reconocidas (Shimano, Daiwa, Okuma…) para evitar sorpresas. Freno delantero, 4,5 a 1 de ratio (velocidad de recogida, significa que el pick up da 4,5 vueltas por cada una de manivela) y 150 metros de capacidad para monofilamento del 0,30 serán sus características idóneas.
El momento

Un lluvioso día de primavera, bastante oscuro e ideal para esta pesca

No estaba allí por casualidad, era su hora del almuerzo
Una duda muy común del aficionado suele ser cuáles son las horas más propicias para pescar a este magnífico depredador. Es importantísimo estar en el momento adecuado, tanto o más que la correcta elección del señuelo. Si acudimos al pantano en momentos de clara inactividad ya podemos lanzar durante horas con los mejores equipos y señuelos “lucieros” que no sacaremos ni un lapicero, término que en el argot del pescador significa lucio muy pequeño. Por norma general la actividad del lucio depende de la temperatura y oxigenación del agua. No tolera el calor, cuanto más crece menos lo aguanta, y, así como en invierno, principios de primavera y mediados-finales de otoño cualquier hora es buena, en verano tendremos que llegar al pesquil al amanecer y abandonar la pesca en torno a las 9 o 10 de la mañana si queremos disfrutar de alguna captura.
Observando primero para pescar después
Piscardos en la orilla de un pantano de montaña...
...y lucio capturado con una imitación de piscardo, pura lógica
Resulta difícil, casi imposible, reprimir las ganas de echar unos cañazos cuando nos embarga la ilusión por capturar nuestro primer lucio pero, si podemos, bueno será acercarse antes al pantano o río, ver lo que come el lucio y elegir nuestros señuelos imitando lo que hayamos observado. Además siempre es positivo ir sabiendo dónde hay árboles o rocas sumergidas, que son interesantes apostaderos para este pez.
Los primeros señuelos
Buena selección de señuelos para el lucio y, a la derecha, el imprescindible cable de acero

Sencilla de utilizar, económica y muy efectiva con ejemplares medianos
Los peces artificiales requieren cierta práctica para manejarlos bien, no todo es lanzar y recoger, pero las cucharillas giratorias y ondulantes no nos pedirán mucha destreza para conseguir capturas. Las giratorias, de pala ancha, en los números 4, 5 y hasta 6, serán ideales para comenzar y bastante económicas. Las ondulantes, en pesos de 12 a 25 gramos, serán un recurso muy interesante recogidas muy despacio. Los colores de ambas: plata, rojo, plata o blanco con puntos rojos, cobre, rosa y azul o amarillo y negro. Para comenzar no necesitamos más, salvo, por supuesto, unos cuantos bajos de cable de acero para evitar que los afilados colmillos del lucio nos corten el hilo. Su uso es sencillo: se anuda un extremo a la línea madre y se engancha el artificial en el llaverito que, la mayoría, lleva de fábrica. Por el momento nos bastará con los comerciales en colores marrón, negro o verde, ya tendremos tiempo de fabricarlos nosotros mismos más adelante.
La primera captura
Será en la primera huida cuando nos tiemblen las piernas y el pez nos ponga las cosas realmente difíciles
En el final de la pelea el lucio se mostrará relativamente pacifico
Cuando consigamos nuestro primer lucio, cuidado, al menor roce con sus dientes sangraremos un buen rato, el desanzuelado siempre con alicates de punta larga
Recogemos tranquilamente nuestra cucharilla cuando de repente ¡ZAS! Sentimos que algo detiene con mucha brusquedad el señuelo. Un lucio de dos kilos ha mordido el anzuelo y se dirige como un rayo hacia el fondo. Tranquilidad, el freno, que habremos regulado previamente al primer lance para que suelte hilo antes de que este se rompa, hará su trabajo. Si la pieza no supera los dos kilos en un par de carreras se cansará, es un pez muy rápido pero con relativamente poca resistencia, si controlamos la primera carrera, que será vertiginosa, tendremos casi todo el trabajo hecho. Si nos encontramos con animales más grandes la emoción crecerá pero la complicación también. La primera embestida de estos “tiburones de río” entrados en kilos puede dejarnos de piedra, romper el hilo e incluso el puntal de la caña si el freno está demasiado apretado. Nunca intentéis frenarlo a la fuerza en la primera huida, dejad que se canse. Esto es válido sea grande o mediano. Una vez cansado será sencillo acercarlo, pero siempre sin prisas, un buen ejemplar puede sacar fuerzas de flaqueza y dar al traste con la captura en el último momento.

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